
Dado que, de momento, el diccionario de la
Real Academia Española no recoge el adjetivo "feroés" para referirse a todo aquello perteneciente o relativo a las Islas Feroe, a menudo surgen dudas sobre cómo emplearse este término.
"Feroés" es la versión más empleada de este adjetivo, que corresponde, más o menos, con la pronunciación de las letras escandinavas "æ" y "ø" de "fær-" y "før-" en los compuestos "Føroyar" (feroés), "Færøerne" (danés) o "Færøyene" (noruego), más la terminación "-és" típica de muchos adjetivos aplicados a nacionalidades (por ejemplo, "libanés", "portugués", "galés", etc..).
También hay quien emplea la versión "faroés", posiblemente basada en la versión inglesa de este adjetivo: "Faroese", aunque en inglés la "a" en este adjetivo tiende a pronunciarse como "e". Esta forma también puede estar basada en una de las versiones latinas para la palabra: "faroensis", aunque "feroensis" o "færoensis" también se utilizan en diversos textos.
Por otra parte, aunque de forma mucho más minoritaria, hay quien usa el término "feroense" o "faroense" de clara inspiración latina ("feroensis", "faroensis") como ya hemos visto.
Por último, hay quien propone que se utilice la versión "ferisco", basándose directamente en la pronunciación feroesa para "føroysk-", adjetivo feroés empleado para referirse a lo relativo a las Islas Feroe.
Sea como fuere, desde aquí opinamos que la forma "feroés" sería la más aconsejable por las siguientes razones: 1) Es la más extendida. 2) La primera "e" del término castellano "feroés" tiene más correspondencia con la pronunciación de las vocales escandinavas (e inglesa) empleadas en el término equivalente y 3) el latín, que sería una buena base para formar dicho término en castellano, no ayuda mucho al no ofrecer una única versión sino tres, dos de las cuales se decantan hacia la "e": "Feroensis" (con una clara "e"), "færoensis" (con una "æ" que tiende a pronunciarse como "e" y que, de hecho, terminaría convirtiéndose en esta letra en numerosas ocasiones) y, por último, "faroensis".
Otras lenguas románicas muestran más consistencia que el castellano, ya utilicen "e" como el francés ("féroïen") o "a" como el italiano ("faroese").