No es sorprendente que un paraíso ornitológico como las Islas Feroe tenga como uno de sus más preciados símbolos nacionales al ostrero (tjaldur, en feroés), un ave que puede encontrarse con facilidad en aquel archipiélago atlántico a partir de principios de mayo hasta que emigra a Gales o Francia para pasar allí el invierno. Su utilización como símbolo nacional feroés se remonta al año 1805, cuando el escritor Nólsoyar-Páll (Páll de Nólsoy) compone su célebre Fuglakvæði (Balada de las aves), donde el ostrero representa la resistencia feroesa frente al colonialismo danés.
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